Los papilomavirus humanos (PVH) son la causa de la infección vírica más común del tracto reproductivo. La mayoría de las mujeres y los hombres sexualmente activos contraerán la infección en algún momento de su vida y algunas personas pueden tener infecciones recurrentes.
El punto álgido en que hombres y mujeres contraen la infección es poco después del inicio de la vida sexual. Los PVH se transmiten por vía sexual, si bien no es necesario que haya una relación sexual con penetración para que se produzca la transmisión. El contacto directo con la piel de la zona genital es un modo de transmisión reconocido.
Hay muchos tipos de PVH y una gran mayoría de ellos no causa problemas. Por lo general, las infecciones por PVH suelen desaparecer sin ninguna intervención, unos meses después de haberse contraído, y alrededor del 90% remite al cabo de dos años. Un pequeño porcentaje de las infecciones provocadas por determinados tipos de PVH puede persistir y convertirse en cáncer.
El cáncer cervicouterino (CCU) es, con mucho, la enfermedad más frecuente entre las relacionadas con los PVH. Casi todos los casos de CCU pueden atribuirse a una infección por PVH.
Si bien los datos sobre cánceres anogenitales distintos al CCU son escasos, cada vez hay más estudios científicos que asocian los PVH con el cáncer de ano, vulva, vagina y pene. Aunque esos tipos de cáncer son menos frecuentes que el CCU, su asociación con los PVH hace que puedan prevenirse mediante estrategias de prevención primaria similares a las deeste.
Los tipos de PVH no oncogénicos (en especial el 6 y el 11) pueden provocar verrugas genitales y papilomatosis respiratoria (enfermedad caracterizada por la aparición de tumores en las vías respiratorias que van de la nariz y la boca hasta los pulmones). Si bien esta enfermedad raramente es mortal, el número de recidivas puede ser considerable. Las verrugas genitales son muy frecuentes y muy contagiosas.